Lenguaje

Ciencias y letras. El origen del lenguaje

Invitación a la lectura y al pensamiento a través de un buen libro:
El origen del lenguaje. Ángel García López. Valencia, Ed. Tirant lo Blanch, 2010.

Traigo hoy a la Ínsula creada las palabras preliminares del libro de un lingüista preocupado por los asuntos humanos: Ángel García López, profesor en la Universidad de Valencia. Nos habla de un tema muy interesante (el origen del lenguaje) que a su vez evoca otros muchos (que las Ciencias y las Letras no caminen de espaldas unas de las otras, etc.). Antes de comentar nada, os dejo sus palabras:
"Al estudiar el origen del lenguaje hay que echar mano de la Genética y de la Bioquímica, por ejemplo. [...] El lenguaje representa para nosotros un estallido primordial: el que dio lugar al género humano. [...] Los científicos hablaríamos de una propiedad cognitiva que es exclusiva de nuestra especie: el lenguaje. El ser humano es el único animal que tiene lenguaje. Pero el surgimiento del lenguaje no está claro en términos evolucionistas.
"El tema del origen del lenguaje surge en la encrucijada interdisciplinar [...] Debería abordarse en las facultades de Letras y en las de Ciencias al mismo tiempo. No obstante, llevamos algunos años en los que la frontera que separa las Ciencias de las Humanidades no ha hecho más que ahondarse. Se suele creer que la razón estriba en la reciente especialización que hace impensable que ahora exista alguien que, como Leonardo, se llegó a mover cómodamente en ambos dominios. Sin embargo, contra lo que pueda parecer, la razón de que el pozo se vaya ensanchando no es que las Humanidades se hayan vuelto poco científicas, sino al contrario, que con el pretexto de ser más científicas, han dejado de interesar al ser humano. O sea, que la dificultad no reside en el objeto de investigación, sino en la imposibilidad de encontrar investigadores motivados. Las Ciencias apasionan cada vez más a la gente, vivimos el siglo del interés por la ciencia. Y mientras tanto, paradójicamente, las Humanidades languidecen porque se han convertido en una labor burocrática rutinaria o, lo que es peor, en una práctica sectaria. Ya va siendo hora de poner las cosas en su sitio. La investigación en el ámbito humanístico carece de sentido si lo que se investiga, el objeto humano, no interesa al ser humano como sujeto al mismo tiempo. Las Ciencias buscan la verdad del mundo natural, por lo que no necesitan preocuparse por lo que puedan los científicos, los estudiantes o el gran público. Las Humanidades nunca han funcionado así. Su papel, el de Sócrates, y el de Marx, el de Piaget y el de Erasmo, ha sido ofrecer análisis que ayudaran al hombre ya la sociedad a conocerse mejor y a obrar en consecuencia. Pero, curiosamente, mientras que del lado de las Ciencias cada vez nos preocupamos más de la socialización y de la legitimación social del conocimiento -en esto consiste la divulgación científica-, del lado de las Humanidades nos hemos empeñado en construir un tipo de investigación carente de interés humano, parcial y decididamente árida. Si algún ámbito disciplinar puede considerarse prototípico en esta -disparatada- tendencia es la Lingüística, identificada abusivamente demasiado a menudo con la Lingüística formal. [...]".

(El origen del lenguaje. Ángel García López. Valencia, Ed. Tirant lo Blanch, 2010, pp. 9-10).

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Las neuronas de la lectura.
Cómo funciona nuestro cerebro


Les neurones de la lecture. Stanislas Dehaene. Ed. Odile Jacob, Paris, 2007.
"Comienzas la lectura de este libro. Sin que tomes conciencia, tu cerebro acomete una proeza extraordinaria. En este mismo momento, tus ojos recorren la página con pequeños movimientos precisos y rápidos. Cuatro o cinco veces por segundo, tu mirada se para en una palabra que reconoces sin esfuerzo enseguida. ¿Cómo estas marcas negras sobre el papel blanco, que se imprimen en nuestra retina, llegan a evocarnos todo un universo de colores y emociones? [...]
Detrás de cada lector se esconde un mecanismo neuronal admirable de precisión y de eficacia, cuya organización comenzamos a comprender. En los últimos veinte años ha nacido una auténtica ciencia de la lectura. Los progresos de las neurociencias y de la psicología cognitiva han conducido a una descodificación de los mecanismos neuronales del acto de leer. Gracias a la imaginería por resonancia magnética, bastan algunos minutos ahora para visualizar las regiones cerebrales que se activan cuando desciframos las palabras. El funcionamiento interior de estas operaciones mentales ha llegado a ser accesible en la experimentación. En el laboratorio seguimos paso a paso el camino de las palabras, desde el análisis de la secuencia de las letras hasta el reconocimiento visual, el cálculo de la pronunciación y el acceso al sentido. [...]
A partir de esta base empírica, una teoría de la lectura comienza a ver la luz. Describe cómo funcionan los sistemas corticales heredados de nuestro pasado evolutivo y que de alguna manera se han transformado para la lectura. Esta teoría explica cómo nuestras redes de neuronas aprenden a leer; por qué mecanismos, llegados a la edad adulta, leemos con tanta eficacia; cuál es la causa de que ciertos niños sufran dislexia; cómo podemos descubrirla y remediarla.
El objetivo de este libro es presentar, de manera sencilla, esta ciencia de la lectura y los avances experimentales que la sostienen. ¿En el siglo XXI es aún aceptable que una persona culta conozca mejor su coche o su ordenador que su propio cerebro? Nuestro sistema escolar [...] no puede asumir una reforma tras otra sin que los conocimientos de los neurocientíficos sean tenidos en cuenta. [...] Mi objetivo es presentar aquí algunos puntos de referencia con el fin de que se conozca la complejidad de las operaciones que nuestro cerebro pone en funcionamiento para leer".
Stanislas Dehaene. Les neurones de la lecture. Ed. Odile Jacob, Paris, 2007, pp. 21-22. Traducción de Mercedes Laguna.